Este sabroso rinconcito, ha logrado consolidarse como referente de la cocina poblana bajo la dirección de su autor y promotor de tradiciones el Chef Gerardo Quezadas, quien desde hace 25 años, junto con su hermano inicia este viaje entre sabores y platillos emblemáticos.
Por Cairo Bermúdez
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La comida de Puebla se come en Puebla, así lo mencionó su creador el chef Gerardo Quezadas a cargo de ‘Angelopolitano’ Restaurante, ahora ubicado en la calle Puebla numero 151 de la colonia Roma Norte de la Ciudad de México.
Este sabroso rinconcito, ha logrado consolidarse como referente de la cocina poblana bajo la dirección de su autor y promotor de tradiciones el Chef Gerardo Quezadas, quien desde hace 25 años, junto con su hermano inicia, en Querétaro, este viaje entre sabores y platillos emblemáticos, que después de su independización de los negocios familiares, decide desarrollar su propio estilo con un recorrido de 43 restaurantes propuestos.
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El sabor de Angelopolitano, se caracteriza por la permanencia de la cocina tradicional familiar de 4 generaciones, proveniente de la cocina de la abuela originaria de la Sierra Gorda, en Zapotitlán de Méndez y también de la innovación interpretativa de estas recetas con un toque contemporáneo. Quezadas, junto con su socio y gran amigo, Pepe Carral, mantienen este espacio de nueva adquisición en una casa de peso histórico que data del año 1920 y protegido por el INBA recientemente renovado.
Dada su reciente localidad, muy cercana a la Zona Rosa Capitalina con gran afluencia turística, han diseñado un menú de degustación por temporada para que los visitantes foráneos conozcan la cocina poblana en pequeñas porciones y la disfruten en una visita.
Este menú cambia cada tres meses y en esta ocasión Conexión Turística, disfruto el menú de invierno con un dúo de chalupas, verde de pollo, roja de pato; tacos árabes que no pueden faltar en la gastronomía poblana y sopes del parián; fideo seco con caldo de frijol y chipotle, servido con aguacate y listones de chile frito, queso cotija artesanal y crema.
Como platillo principal un Champandongo en presentación pequeña procedente del recetario familiar perteneciente al siglo XIX. Consiste en un timbal de pollo, mole, tortillas, nata y queso menonita, horneado y decorado con mole mestizo; de postre, un flan de mezcal o de coco para los abstemios, ya que se manifiestan ser ‘friendly’ en todos los sentidos.
Esta es una cocina sin pretensión, que trata de ofrecer un poco del corazón de las antiguas cocinas poblanas a través de sus platillos, mencionó Quezadas; la decoración son creaciones artísticas propias sin caer en lo folclórico y con mucho espíritu lúdico, ya que se esconde un mensaje oculto en clave morse en las paredes del lugar. Al que lo descifre, le tocará un regalo de la casa, concluyó.
El personal de servicio, siempre se encuentra atento a las necesidades, dudas y lo que pueda surgir entre los comensales, se muestra conocedor del menú, siempre abierto a hacer alguna recomendación de acuerdo al paladar de su invitado y lo ma importante de todo, hacer de la experiencia un momento que perdure en la memoria gustativa.
Si se trata de identificar el platillo estrella de este lugar, el chef Quezadas hace la cordial invitación de descubrirlo por ustedes mismos, pero sin duda podrían figurar el que hace homenaje a la tradición poblana, el famoso mole, basado en la receta familiar que logra un equilibrio entre lo duce y especiado, acompañado con un exquisito guajolote o pollo; el otro platillo serian los chiles en nogada, que están disponibles por temporada, también realizado con la receta tradicional familiar que resalta por su cremosidad y un relleno en tonos salados y dulces que es uno de los sellos de este estado y del Angelopolitano.
La invitación a visitar este lugar, queda abierta si lo que gustan probar es tradición y creatividad en cada bocado dentro de la autentica cocina poblana y para degustar el famoso champandongo que es el único con origen oaxaqueño dentro de Angelopolitano el cual, el chef reta a todos a encontrar un champandongo dentro de la Ciudad de México, ya que declara que son los únicos que lo realizan en esta zona.
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